top of page
  • connectyb

La obsolescencia programada del Design Thinking

Por: Andrés Martínez, ilustrador, apasionado por la imaginación y la ilustración colorida


Durante años, los países del mundo se encontraron en una interdependencia económica provocada por el sin número de transacciones de bienes y servicios, tanto capitales empresariales como de tecnología, a este proceso se le conoce como globalización. Este proceso económico- financiero crea nuevas conexiones entre los países intensificando un intercambio de información que incrementa el desarrollo del conocimiento, lo que genera un proceso de innovación donde la cultura de cada país participante de este proceso, los conocimientos adquiridos e investigados se juntan con la tecnología existente y desarrollan productos, procesos o servicios novedosos.


El progreso ascendente de las tecnologías, la globalización de los mercados y la velocidad de transferencia de conocimientos y de información son características fundamentales para el desarrollo económico y productivo del mundo de hoy, es ahí donde el concepto de innovación tiene un papel importante. Entendiendo la economía como el conjunto de actividades de producción y consumo de bienes y servicios, la relación entre el concepto de innovación y la economía está establecida desde su origen, con el objetivo de darle a mujeres y a hombres mejor calidad de vida.


Sin embargo, el concepto de innovación se tergiversó en su construcción, la necesidad de crecimiento de las industrias con el ánimo de competir se volvió una problemática. El concepto de innovación se adoptó como una política de desarrollo productivo eficaz para crecer económicamente y obtener ventajas frente a sus competidores a finales de la década de 1970.


Es por ello que la innovación se adoptó por las empresas con el objetivo de producir y desarrollar productos, procesos y servicios para crecer económicamente en la industria, y no con el objetivo central de que sus productos son para los consumidores o usuarios, es decir, se dio prioridad a “si se vende funciona” y no a “si funciona se vende”, lo que causa una serie de cuestionamientos sobre este concepto, ¿A quién beneficia la innovación, a las empresas sobreproductoras o a los consumidores hipnotizados por el consumo de nuevos productos?


La innovación actualmente, es un concepto mal entendido y cuestionado constantemente por las empresas, ya que en la actualidad la prioridad de las empresas es producir objetos en masa con variaciones de otros ya existentes para alimentar un mercado con sus productos y obtener buenas cifras frente a las ventas, generando así tendencias como la obsolescencia programada, un modelo de crecimiento económico basado en la aceleración del ciclo de acumulación de capital (producción, consumo y más producción). Mészáros (1989), es decir, si los objetos duran menos el consumidor compra más.


La obsolescencia programada es un claro ejemplo de una estrategia de crecimiento económico que nace del concepto mal entendido de la innovación, ya que es una búsqueda constante por las empresas de producir objetos para los consumidores y aumentar sus ganancias en la industria. Pero, ¿En qué momento las empresas buscan el desarrollo de un producto innovador para aumentar sus ganancias?


El proceso de innovación solo se encuentra en el inicio del proceso creativo para el desarrollo de los nuevos productos ya sea para introducirse en un nuevo mercado o seguir compitiendo en la industria, es este momento donde encontramos metodologías para aumentar la creatividad y productividad de aquellos que buscan el concepto de innovación obsoleto, metodologías tales como el Design Thinking.


El Design Thinking se refiere a las estrategias creativas que los diseñadores usan durante el proceso de diseño, además se puede usar como medio para ayudar a resolver estos problemas, junto con una serie de pasos que han evolucionado durante la creación de esta metodología. Empatizar, definir, idear, prototipar y evaluar el producto. creado una "solución", que aparentemente también es una innovación.”


El Design Thinking como una serie de herramientas utilizadas como forma de analizar, sintetizar y resolver un problema “fácilmente” para la creación de un producto vendible está siendo mal utilizado por las empresas preocupadas por innovar, ya que dentro del desarrollo conceptual se pierde de vista al usuario por el desarrollo de un producto que se pueda vender, es decir, una empresa se preocupa más por innovar para incrementar sus ventas que por innovar para otorgar un producto útil para sus consumidores y es ahí donde el Design Thinking pierde todo su valor y se vuelve obsoleto.


Para finalizar, ¿Cómo podemos transformar el concepto de innovación?, teniendo en cuenta que es un concepto en construcción, debemos ser críticos frente al beneficio que realmente lleva la innovación de las empresas a la sociedad, tenemos como responsabilidad alimentar el proceso de transformación de ese concepto, además de la producción de objetos, servicios y procesos innovadores donde el usuario o consumidor sea el objetivo primario debemos desarrollar conocimiento crítico frente a los proyectos que desarrollamos, para evitar caer en este círculo vicioso de la innovación.

bottom of page