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El reto creativo de adaptarse al nuevo normal

Por Katherine Ramírez, diseñadora estratégica de Connect your Brand.


Luego de cinco meses de confinamiento y una curva de contagios que no parece aplanarse de ninguna manera, personas como yo, tenemos la esperanza de que pronto volveremos a tener una vida fuera de nuestros hogares (o al menos quiero creerlo por el bien de mi salud mental).


Sabemos perfectamente que lo que vendrá no será fácil, y que no se trata de volver a la normalidad, sino de construir una completamente nueva que se adapte a la realidad que estamos viviendo y sobre todo, a lo que somos nosotros como colombianos. De por sí entender al ser humano es una tarea complicada porque somos el conjunto de muchas características y de nuestro entorno, a eso sumémosle la complejidad de nuestra idiosincrasia y todas las particularidades que conlleva vivir en este país.


Es por esto que necesitamos una verdadera reinvención que nos permita adaptarnos a todos y a todas de la mejor manera. Si bien es cierto que el distanciamiento social ha sido una herramienta que ha funcionado en otros países del mundo para bajar de manera rápida los contagios de COVID-19, en Colombia, adaptar exactamente la misma estrategia no ha funcionado. Y muy probablemente obtengamos los mismos resultados si lo único que se nos ocurre es implementar estrategias de otras partes del mundo.


Recientemente, se ha puesto sobre la mesa el tema de la reapertura económica de espacios como bares, restaurantes y cinemas. Es curioso cómo algunas de las ideas planteadas no se basan en las esencias de cada uno de estos negocios. La idea es que en los cinemas la gente no consuma ningún alimento ni bebidas, ¿entonces a qué se van a dedicar ellos?, o que se usen los espacios públicos para darle más capacidad a restaurantes ¿Los consumidores estamos dispuestos a ir a estos lugares bajo estas nuevas normas? No tenemos una respuesta cierta de cómo van a reaccionar los consumidores frente a estas decisiones, ni si la rentabilidad del negocio va a ser suficiente para realmente plantear una reapertura bajo estas condiciones. Por eso es importante reconocer que no se trata de generar soluciones al azar y afanadas, sino de crear la adecuada, que permita mover la economía para todos y todas, no solamente para los dueños de grandes empresas y negocios sin importar si tienen que despedir a más de la mitad de sus empleados. Y que nos permita tener opciones como consumidores para salir del encierro de manera responsable. Es decir, ahora sí estamos frente al verdadero reto de la reinvención.


Esta palabra que hemos visto volverse viral en los últimos meses, y que seguramente ya ha perdido el sentido para todas las personas, no se trata únicamente de una tendencia, sino de un esfuerzo de planeación, creatividad y antetodo mucha atención al detalle que nos lleve a dar una solución adecuada a las necesidades actuales, y como es un esfuerzo, es obvio que no es un cambio que se dé de la noche a la mañana, sino después de muchos ensayos y errores. Estamos frente al reto de diseño más grande de nuestra historia: La creación de nuestra nueva normalidad. Por eso me gustaría plantear tres herramientas que les permitirán a quienes estén a cargo de este nuevo reto lograr resultados sin desesperarse (tanto).

  1. La empatía: Antes de plantear una solución tengamos en cuenta que en este momento las personas somos más vulnerables que nunca. Todas y todos estamos enfrentando el reto de pasar cinco meses aislados en nuestras casas y para cada persona este reto es diferente. ¿Qué pagarían las personas en este momento para sentirse a gusto? ¿Qué pasa con todos los empleados que dependían de industrias que se encuentran completamente detenidas? ¿Todas y todos nos vamos a sentir menos paranoicos cuando estemos en un lugar con personas desconocidas? ¿Qué tanto estamos dispuestos a asumir las normas de bioseguridad de los lugares? Estas son algunas de las preguntas que tenemos que hacerle a las personas reales, antes de asumir lo que va a pasar y perder tiempo e inversiones que necesitemos hacer para poner en marcha un plan. La investigación de los usuarios es una de las mejores aliadas durante el proceso de reinvención.

  2. Testeos rápidos: Metodologías de innovación como la metodología de Lean Startup, plantean que para desarrollar un nuevo producto o servicio -o reinventar uno que ya existe- se deben hacer pruebas que permitan fallar rápido y barato. No le tengamos miedo al error, solo fallemos en una etapa inicial de la cual podamos ir aprendiendo y mejorando sobre la marcha, en vez de después de meses de planeación y grandes inversiones. Fallemos rápido, barato y en escenarios reales con nuestros usuarios reales. No podemos pretender volver a la normalidad y actuar como si el virus no existiera, es todo un proceso y requiere del esfuerzo de todas las partes para que funcione.

  3. Implementación escalable: La incertidumbre se volvió parte del día a día desde que inició la pandemia, ya nada es seguro y lo único que podemos hacer es planear el día a día. Así mismo, deben ser los procesos de reinvención para el nuevo normal. No se trata de cambiar todo de la noche a la mañana, sino de ir incorporando nuevos cambios. Los desarrolladores de aplicaciones saben que su producto nunca está terminado y que aquello que lanzan al mercado es susceptible a muchos cambios, nunca un producto final. Tomemos esto como inspiración y creemos un plan de implementación que inicie desde lo más básico y poco a poco vaya mejorando y adaptándose a los cambios que se vayan presentando.

Utilizando estas nuevas herramientas tenemos la gran oportunidad de crear una realidad que se adapte a las necesidades de las personas y que tenga ventajas competitivas frente a los demás en el mercado. Es una de las pocas veces en las que nada está escrito; así que tenemos la libertad creativa de llevar esta nueva normalidad por el camino que queramos ¡No perdamos el chance!



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