Por: Catalina Arias Agudelo, emprendedora y apasionada por la naturaleza
Cada ser de la naturaleza está en algún sentido conectado y es dependiente del resto. Las redes más grandes de organismos forman ecosistemas, que a través de una intrincada red de relaciones, involucra el intercambio de materia y energía. Aunque existen muchas estrategias para sobrevivir, algunos animales solitarios lo logran mediante adaptaciones estimuladas por el proceso de selección natural; grandes manadas, bandadas o colonias, trabajan en equipo para lograr un objetivo común. De hecho, las hormigas son uno de los mejores ejemplos de trabajo en equipo. Cada una de ellas se mueve teniendo en cuenta a su compañera de al lado, conociendo su misión individual y comunitaria. Como seres humanos somos sociales y necesitamos de los otros en todas las áreas de nuestra vida pues, pese a nuestra organización superior, somos limitados y dependientes del resto de componentes del ecosistema.
Como individuo, tengo intereses diversos que me motivan a emprender distintos tipos de proyectos los cuales, en muchos de los casos, seguramente van a requerir una minga. La minga (minka en quechua), una antigua tradición de trabajo comunitario o colectivo con fines de utilidad social, evoca el trabajo colaborativo para el bien común, teniendo en cuenta que ésta permite agilizar los tiempos de trabajo de la mejor manera posible. Esta, funciona mediante una convocatoria con un fin de trabajo claro, donde el esfuerzo (físico) que la minga representa, se convierte en una verdadera celebración de la vida compartida con otros.
Es así como en un mundo globalizado, donde las competencias requeridas en el mercado laboral van cambiando muy rápidamente y donde la innovación se está volviendo casi un requisito indispensable, retomar el trabajo colaborativo es esencial. En casi dos (2) años de desarrollo de Banquitown, el cual nace a partir de la identificación de la necesidad de volver al fútbol de calle (banquitas) para compartir entre vecinos y así recuperar las relaciones interpersonales como camino para fortalecer el tejido social, varias personas han estado involucradas en el proceso, pero sólo las que se han identificado de manera personal con el sentido de trabajo comunitario permanecen. Para nosotros como equipo, y gracias a la participación de Connect your Brand y FútbolCrea, fuimos cada vez más conscientes de la importancia de conectarnos desde el propósito de cada uno con el de Banquitown, pues es de esta manera que las personas desde sus diferentes conocimientos y motivaciones tenemos la oportunidad de ser creativos y aportar a un objetivo común.
Para cualquier empresa u organización, es esencial que el equipo funcione, que sus miembros sepan realizar una labor juntos de manera interdependiente y que se sientan satisfechos de pertenecer al grupo. Yochai Benkler autor de los libros La Riqueza de las Redes: Cómo la producción social transforma los mercados y la libertad (2015), El pingüino y el Leviatán: Cómo la cooperación triunfa sobre el egoísmo (2012), analiza las maneras en que las tecnologías de la información posibilitan formas extensivas de colaboración que pueden tener consecuencias transformativas para la economía y la sociedad basada en el bien común o trabajo colaborativo, refiriéndose a iniciativas como R, Linux o Wikipedia, que se basan en información compartida.
En mi opinión la mejor manera de trabajar es colaborativamente. Es innegable que cuando se decide emprender, la diversidad en un colectivo es ventajosa cuando el escenario en el se trabaja es altamente dinámico. La heterogeneidad de conocimientos, de puntos de vista, de roles y de opiniones enriquecen la idea original y favorece la adaptabilidad a nuevas situaciones o descubrimientos que permiten innovar ¡Haga la prueba y le aseguro que no se arrepentirá!
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