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La impro y el clown: Un entrenamiento para una vida conectada con nuestra alegría

Por: Juan Carlos Ortega, maestro aprendíz, padre de familia, sex symbol

La Improvisación Teatral o Impro y la técnica del Clown Teatral, son dos técnicas desarrolladas desde las artes escénicas con el propósito de re-conectarnos con nuestra alegría; descubriendo nuestra espontaneidad, nutriendo nuestra aceptación y mejorando nuestra capacidad de relacionarnos con los demás, para construir juntos.


Desde mediados del siglo pasado ambas técnicas surgen en el contexto de la pedagogía de las artes escénicas. La Impro se desarrolla inicialmente, tanto en Canadá como en Estados Unidos, en las escuelas públicas y en el teatro de niños gracias al trabajo de grandes pioneros como Viola Spolin y su Children’s Theatre en Chicago e Ivan Leduq y su desarrollo del “Match” como enseñanza curricular en las escuelas públicas de Quebec. El trabajo de estos visionarios y sus equipos es continuado por generaciones de docentes, actores y directores que encuentran en la Impro una técnica ideal para el desarrollo de habilidades escénicas y humanas en sus estudiantes. De la misma forma, desde hace más de 20 años que todo el potencial de la Impro ha incursionado en nuevos “Escenarios”. Son múltiples los equipos que usan la impro en el campo de la sanación, la educación, la comunicación, el marketing, el entrenamiento corporativo y el coaching entre otros.


De igual forma el Clown evoluciona desde la milenaria técnica del Payaso para convertirse en el  Clown teatral o Claun, a mediados del siglo pasado, en la escuela de Lecoq, en Francia. La fantástica escuela de Lecoq basaba su enseñanza en cuatro viajes, uno de los cuales era el viaje del Claun. En este viaje culminatorio de la escuela, la diminuta máscara de la nariz roja, servía para mostrarnos lo esencial en cada ser humano y desde lo esencial de cada quien nos invitaba a construir un personaje. Desde hace más de 20 años el Claun ha salido, como la Impro, a explorar otros escenarios. Un gran trabajo se ha realizado a nivel de acompañamiento terapéutico (Clown sin Fronteras), sin embargo no ha tenido hasta ahora la difusión y claridad para participar en otros ambientes como la Impro y su potencial sigue siendo ignorado y desconocido por la gran mayoría.


A continuación hablaré, como ejemplo, de algunas de las habilidades humanas que el trabajo direccionado desde las técnicas de la impro y el Clown nos permite cultivar:


La espontaneidad:

En las dos técnicas, la espontaneidad es el concepto fundacional. La espontaneidad se entiende en ambas como la capacidad de estar AQUÍ y AHORA. Ambas técnicas son un gran ejercicio en ESTAR PRESENTES, no desde lo conceptual y lo teórico si no desde lo experiencial. 


Esto se debe a que la metodología que arropa a ambas técnicas es la metodología de EL JUEGO y el juego por definición es una  experiencia que requiere de una total inmersión.


Jugando, recuperamos nuestra espontaneidad. La recuperación de nuestro ser lúdico, nos trae innumerables beneficios, una verdad a todas luces cuando consideramos el desarrollo de nuestros hijos, pero que, a menudo, nos cuesta entender en el desarrollo de nuestro ser adulto:

“Muchos profesores piensan que los niños son adultos inmaduros. Quizás podríamos lograr unos adultos “bien adaptados”. Algunos son amargados, no creativos, temerosos, no imaginativos y más bien hostiles. En lugar de asumir que nacieron asi o que eso es lo que significa ser adultos podríamos considerarlos como personas dañadas por su formación y educación”  (Keith Johnstone)

Desde la Impro y el Clown nos hacen una invitación a habitar nuestro costado más fresco y desprevenido, a recuperar nuestro instinto, a aceitar nuestro poder de acción y reacción. En otras palabras: a ser espontáneos.


La aceptación:

Otro de los pilares fundamentales de ambas técnicas es la aceptación. El concepto de aceptación en la Impro es determinante en nuestra construcción escénica con otros improvisadores. La llave para comenzar a improvisar está en la simpleza de la aceptación y del DECIR SÍ:


La magia del SÍ nos ha acompañado en los momentos más decisivos de nuestra vida: Al encontrar una pareja, decidir formar familia, encontrar un oficio en este mundo, etc… Todas nuestras decisiones conscientes en la vida han necesitado un SÍ. Sin embargo, vivimos en el gran paradigma del NO y de la falta de aceptación, de manera que cada vez nos volvemos menos flexibles y dispuestos a vivir. Una vez más, como si crecer y ser adultos implicara encerrarnos en nosotros mismos progresivamente… Implosionar.


Una explicación a esta paradoja puede encontrarse en que, desafortunadamente, nuestros sistemas educativos nos enseñan muy bien a evidenciar el “error”, de tal manera que en cualquier conversación, situación o emprendimiento colectivo, El “error” es lo primero que vemos, escuchamos y creemos detectar. Esta atención desmedida en el “error” hace que nuestro relacionamiento y claramente nuestros emprendimientos colectivos se tornen difíciles y de pobres resultados. 


En las primeras instancias de nuestro entrenamiento en la técnica de la Impro, escuchamos muchas voces corrigiendo los “errores” y además descubrimos, para nuestro asombro, que las más imperiosas se encuentran adentro nuestro y nos hablan a nosotros mismos, aturdiéndonos, en su intento por corregirnos. El trabajo reparador de la técnica consiste en desactivar todas esas voces y acallarlas por un tiempo.


De esta forma, comenzamos a detectar que esas voces, las que nos marcan el “error”, son las mismas voces que por escucharlas, no nos dejan estar aquí y ahora; Son las mismas voces que por escucharlas, nos bloquean y no nos dejan fluir, son las mismas voces que por escucharlas, han minado de manera significativa nuestra autoestima y confianza en nosotros mismos y en nuestra capacidad de decidir.


La aceptación es entonces, en ambas técnicas, la habilidad fundamental para recuperar nuestra confianza en nosotros mismos, para mirarnos con compasión y aprender a reírnos de lo que somos, con todos nuestras habilidades y defectos, sin “errores”.


Relacionarnos para construir juntos:

Cuando aprendemos a aceptarnos y vivimos espontáneamente, construir con los demás se convierte en algo natural y no en una tortuosa obligación.


Después de casi 20 años en este trabajo, he entendido que detrás de la técnica de la Impro y clown hay una gran sabiduría en el tema de nuestra conexión con los demás y con el universo:


La Técnica de la impro se basa en la escenificación de historias creadas colectivamente en el momento. Esto requiere de una gran empatía y disposición a crear con el otro, de una gran voluntad de servicio y disponibilidad para valorar todo lo que el compañero propone como “un gran regalo”. Desde la energía de la gratitud, el primer mandamiento de la improvisación es “Haz que tu compañero brille”. Cuando esta energía es compartida, el milagro de la creación aparece en el escenario y todos maravillados aplaudimos.


Desde el Clown estamos conectados con lo esencial y aprendemos a llevar la empatía del dar y recibir a otro nivel, más allá de lo políticamente correcto, mas allá de lo evidente. De esta manera aprendemos a darle a los otros lo que necesitan y a recibir de los demás lo que nos hace falta.


Tener adultos con este tipo de competencias blandas en nuestras organizaciones tiene múltiples ventajas como la construcción de ambientes empáticos, creativos y de confianza. Este terreno resulta perfecto al exterior de la organización para innovar y establecer la diferencia en el mercado, y al interior para que más personas quieran ser parte de una organización diferente que potencia sus habilidades. Los resultados para la empresa son claros: Bajas tasas de rotación y altas tasas de compromiso y productividad ¿Qué cliente no quisiera trabajar con una organización que es capaz de materializar un ambiente tan poderoso para la creatividad, innovación, agilidad y buenos resultados como este?



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