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El modelo educativo para eliminar la pobreza

Por: Lizbeth Rincón, coordinadora del Colegio Fundación Social Alberto Merani, feliz maestra y lectora de mundos

Nombrar brechas es aludir casi instantáneamente a un sinnúmero de beneficios en manos de unos pocos e innombrables carencias en manos de muchos. Y es que cuando pensamos en la diferencia entre ser rico y pobre tienden a aparecer en nuestra cabeza imágenes de los países desarrollados versus aquellos considerados emergentes, aludiendo siempre a la diferencia en la capacidad económica entre unos y otros, donde los primeros gozan de privilegios que los segundos están muy lejos de alcanzar.


Limitar la pobreza o riqueza a la capacidad adquisitiva de una nación o persona se queda corta cuando intentamos definir uno u otro concepto, es por esto que apostamos por un cambio de paradigma que redefine la riqueza más allá de la referencia a bienes puramente materiales, que abarque connotaciones más profundas del ser y esté relacionada con la felicidad, tranquilidad, el sentimiento de éxito e incluso la sensación de bienestar que dan los lazos sociales. De tal modo evaluamos la pobreza como la imposibilidad de ser feliz, de tener sueños y luchar para lograrlos; de atar lazos emocionales que nos hagan sentir valorados y valorar a los demás, pero ¿quién o quienes enseñan esto? ¿En dónde lo enseñan? ¿Cómo se logra? ¿Acaso esto no es un deber de las instituciones educativas? ¿Cómo podemos enseñarle a un niño que puede lograr lo que se proponga aun cuando no cuente con los recursos económicos para lograrlo?


Pues bien, si vemos más a fondo es fácil darse cuenta que el problema radica en el foco desde el que se concibe la desigualdad, y es que cuando evaluamos las razones de la pobreza logramos entender que este concepto es interiorizado en cada uno de los seres humanos como un problema de carencia, como una marca que se porta desde el nacimiento y que se arraiga en la mente de las personas para mantenerlos siempre ocupando el mismo lugar. No hay manera más confiable de mantener el control que convencer al otro de que sus posibilidades son limitadas. Paradigma que se pretende transformar al brindar educación de calidad a niños sin muchas posibilidades económicas, pero con un alto potencial al igual que cualquier otro.


Esta es la razón de ser del Colegio Fundación social Alberto Merani, donde entendemos que la inteligencia o intelecto no es producto de la casualidad o un don designado para algunos pocos, sino que se trata de un proceso de formación estructurado en el que el cerebro es estimulado constantemente en pro de solucionar problemas reales y de adquirir unas habilidades no solo intelectuales sino actitudinales y de convivencia que nos permitan llevar una vida consciente de nuestro actuar en el mundo y de las posibilidades que este ofrece. De tal modo, este colegio fue creado para la formación del talento de los niños, para que encuentren sus propios propósitos de vida, lleguen a las empresas del conocimiento y rompan con la cadena de “pobreza” impuesta desde antes de nacer, abriéndose así posibilidades diferentes a las que tuvieron sus padres.


Cuando se habla de educación para niños pobres no se enfatiza en sus habilidades sino en sus carencias económicas, lo que ha abierto aun más la brecha, envolviendo a las comunidades en paradojas sin salida debido a que al recibir educación para “niños pobres”, es decir, de mala calidad donde se priorizan los contenidos sobre las actitudes, los niños no tienen otra opción que replicar los estilos de vida que se les han impuesto, porque al formarlos mal resultan incompetentes para trabajos del conocimiento por lo que se ven relegados a empleos mecánicos por los que reciben bajos salarios que no alcanzará para pagar educación de calidad a sus propios hijos, viéndose obligados así a enviarlos a los mismos colegios en los que ellos se formaron.


Teniendo en cuenta esto el colegio de Nemocón se fundamenta en:

  1. Brindar educación de calidad completamente gratuita por la que no pagan ni los papás ni el estado.

  2. Autosostenibilidad por medio de la implementación de un cultivo de rosas que soporta económicamente al colegio y en el que trabajan muchos de los padres de familia.

  3. Formación en actitudes, habilidades de pensamiento y competencias para la vida.

  4. Involucrar a los padres de familia en la formación de sus hijos, por medio de un voluntariado en el que trabajan 10 horas al mes para el colegio.

  5. Formación en habilidades de pensamiento y no en contenidos temáticos.

  6. Transformación de los espacios académicos, incluso desde la misma arquitectura del colegio.

  7. Clases abiertas donde todas las personas pueden observar los procesos formativos.

  8. Siendo la gran apuesta que es posible educar niños brillantes con bajo presupuesto, pero con altos estándares de calidad que les permitan alcanzar sus sueños, embarcarse en proyectos de vida exitosos y trabajar hasta lograrlos.

La pobreza y las profundas heridas de la desigualdad no son más que vendas que nos han impuesto para convencernos de que ese es el lugar que debemos ocupar y este es un colegio que no le cree a ese prototipo. El colegio fue creado para hacer que los niños sueñen, vivan inteligentemente y entiendan su existencia como la mayor riqueza que el mundo ha podido otorgarles.


En Connect your Brand nos encanta ser parte de este proyecto.


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