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Diseñar para transformar comunidades

Por: Anamaría Sanabria Merlo, diseñadora social en Connect your Brand, en proceso de aprendizaje para revolucionar la educación en Colombia y una enamorada del baile.

Con la llegada de las tecnologías de la información y comunicación a las aulas, las posibilidades de mejorar los sistemas educativos han aumentado, ahora está permitido revolucionar las metodologías de aprendizaje para evolucionar la educación.


En un país que tiene como problema neurálgico la deserción escolar (que en el año 2017 fue de 3,72% según el MEN) encontramos que una de las causas es que la educación no cumple con las expectativas del estudiante, en cuanto a contenidos, infraestructura o ambiente escolar; y en consecuencia se registra un bajo rendimiento con malas notas, pérdida de cursos y desmotivación. Por estas razones es indispensable la innovación desde y para la educación.


El diseño encuentra en el ámbito académico, un campo de acción para intervenir desde el espacio físico hasta la creación de un sistema con herramientas y experiencias específicamente diseñadas a fin de obtener los mejores resultados.


El diseño brinda a los sistemas educativos la posibilidad de contar con procesos continuos de creación a través de metodologías tales como Design Thinking, que nace del principio de la empatía para conectar a los educadores con las necesidades y capacidades de sus estudiantes. Su fase de prototipado permite probar las técnicas para ser corregidas rápidamente y migrar a mejores procesos de aprendizaje.


Gracias a los procesos continuos del diseño se generan ambientes de aprendizaje que estimulan a los estudiantes para el pensamiento crítico, permitiendo la apropiación del conocimiento y de su aplicación en el contexto en el que se encuentran y se abren las puertas a procesos colaborativos y a la creación de conocimiento; con un impacto en el desempeño académico y en el desarrollo de personas y de ciudadanos.


A través de la implementación de soluciones desde el diseño se promueven soluciones que estimulan la curiosidad y creatividad, diseñando experiencias con sentido, facilitando la forma de abordar las situaciones del día a día. En Colombia contamos con el proyecto Aulas AMiGAS, que buscan ser los mayores productores de soluciones tecnológicas para la educación. Su producto insignia es el  llamado TOMi, un tablero óptico de mando interactivo, que apoya al docente a aumentar la participación de los estudiantes haciendo el momento de “pasar al tablero” una experiencia que involucra todos los sentidos y trae actividades dinámicas al salón de clases.


Al involucrar el diseño en el sistema educativo tenemos metodologías replicables y escalables a otras instituciones no solo educativas, sino enfocadas a entornos adecuados para la generación del conocimiento, como Ser0 Laboratorio Vivo, iniciativa de la Fundación Dividendo por Colombia, que a través de una plataforma de innovación social y educativa, se brindan herramientas para el diseño, la implementación y el seguimiento de soluciones a problemas reales, transformando a los estudiantes en ciudadanos competentes y transformadores de comunidades.


El diseño como disciplina puede ser un reto con resultados positivos en el sistema educativo, con un impacto inmediato en los estudiantes, en los procesos didácticos y significativos y en la  intervención de metodologías. Asimismo brinda soluciones a largo plazo para asegurar que el aprendizaje sea integral y estemos educando niños y adolescentes constructores de un mejor futuro para nuestro país.


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